Saint-Brieuc

lunes, 6 de julio de 2009

Tierras verdes, humedas, fertiles, llenas de vida, de sonidos, de musica.
En cada esquina hay algo magico, algo verdaderamente unico, inigualable. En cada persona hay rasgos indescifrables.
Y es que son preciosos nuestros besos aunque nadie pueda verlos, como dice I. Ferreiro, me encanta tu forma de darme los buenos dias, y las buenas noches. Tu mirada que traspasa con creces mi pupila, y se clava en no se muy bien donde, que hace que pierda el sentido del espacio-tiempo-equilibrio. Adoro nuestra manera tan intima, de fingir que no pasa nada, que no saltan mariposas en nuestros estomagos, que no se hace el mundo un sitio demasiado pequeño para nosotros: es tan inocente, tan fragil, tan intensa...
Es maravilloso saber que duermes a menos de 5 metros de mi, y que segun mis calculos, tardas unos 5 segundos en llegar a mi cama, aunque siempre llegas en dos. Me cuesta creer que soy capaz de despertarme a las 4 de la madrugada, con una sonrisa de oreja a oreja, y poder escaparnos un rato, a un lugar en el que como ahora, solo pueda escuchar tu voz acompañada quizas de su inseparable guitarra, mirar mas alla de tus ojos y que nuestro mayor problema sea que la alarma no funcione.