Mariam...

sábado, 20 de junio de 2009

Aún no puedo creer que te hayas marchado, tan rápido, tan silenciosa, llevándote lo poco que nos quedaba de cordura. 
Aún no puedo creer que esa puta enfermedad te tocase también a ti, es que no me lo puedo creer.
Tampoco me puedo imaginar el dolor de tu madre, el de tu padre, y sobre todo el de tu hermano, el brillo de sus ojos cada vez que te veía, aquello era adoración. 
Repito: No soy capaz de entender como con 18 añitos, nos han privado de tu risa contagiosa, de tu alegría, de tus ganas de vivir. 
También sé que al igual que en mí, siempre estarás en el corazón de muchísima gente, porque nosotras no tuvimos demasiado contacto, y estoy destrozada.
Siempre imaginé que ibas a estar ahí... y ahora... te voy a echar muchísimo de menos.

Te quiero, cuñada. (Para mi siempre serás mi cuñada)


3 comentarios:

Ale dijo...

Aunque no la veamos, siempre estará con nosotros, a nuestro lado, sonriendo como lo ha hecho siempre.

Virginia dijo...

Lo siento muchísimo. No te conozco, no sé quién eres, pero lo siento en el alma. Me siento un poco como en V de Vendetta, cuando la actriz encerrada con V escribe esa carta en un trozo de papel higiénico y dice algo así como "puede que no te conozca, que no te vea nunca, pero te quiero, con todas las fuerzas de mi corazón". Es raro, pero la fuerza de la empatía es así. Siento tu pérdida, de verdad, porque (cómo no) me suena a las mías propias. Lo único que se me ocurre es dejarte dos recetas mágicas para que se te sigan poniendo los pelos de punta :)

"Piezas en fuga" de Anne Michaels
"La historia de Lisey" de Stephen King.

Búscalos. Cómetelos. Incéndiate.

Saludos y besos desde la montaña.

Virginia dijo...

Ummmm no te he reconocido en la foto!
Tanto hemos cambiado desde entonces? :)