Memorias de una Emo-Sado-Friki

'El Señor L'

Buenas tardes a todos. Al habla la compatriota de la acosadora Amy, profeta del nuevo mundo. Antes que nada un aviso a todos sus lectores. Estoy completamente segura de que me odiaréis por las caquitas que voy a ir dejando tras de mí. Rayadas, rayadas y más rayamientos. Pero lo siento mucho, he sido elegida. En las entradas que ire subiendo pondré un dibujo para publicitarme, seamos sinceros y para ser reconocida rápidamente, aunque esto siempre se detectará a primera vista por el "cambio de estilos". Allá vamos...

Caminas solo por la calle. El viento hace que el pelo se deslice entre tus labios, secos y rotos. Vas a ver a esa persona. Te ayuda.

Llamas, pasas, te sientas, sonríes - aunque te cuesta más que haber venido en pleno invierno con una simple chaqueta rota-. Y le pasas una libreta. Tu libreta. La libreta.

Aquella estúpida libreta donde escribes todo lo que piensas en el momento, dejando tras de tí un rastro de palabras sin sentido. Y la mayoría de las páginas llenas de palabrería suicida y violenta. Intentas calmar tu ira con ella y fracasas estrepitósamente al darte cuenta que esta aumenta con cada página emborronada.

Es una libreta que una persona normal no tendría.

-¿De verdad lo es?- Te pregunta.

Es una libreta que toda persona normal tiene. Esa es la verdad.

La imagen con la que te educan es esa en la que piensas que estás loco por tener esa libreta. Pero el verdadero loco es el cuerdo. Porque todos estamos locos. Todos tenemos una libreta así. Menos los que pueden sobrellevar las locuras dentro de su cabeza. Esa es la verdadera cordura.

No te lo crees. Estás convencido de que tienes un desequilibrio que te hace escribir todo eso.
Pero lo único que quieres es ser especial.

Yo misma tengo una de esas libretas y podréis saber más o menos de que va si os digo que una de las frases más bonitas que tiene escritas es "Esta mañana habría deseado ser una bolsa de basura voladora y que el viento nunca me hiciese caer".

Alba