Nuestro propio cielo...

viernes, 28 de agosto de 2009

Nuestro cielo se construyó sobre una sábana y estuvo delimitado por disfraces y caras que nos fueron transformando...

Nuestro propio cielo no está ardiendo, por mucho que te empeñes en poner distancia de por medio, porque son tantos los besos de agua que plantamos allí que es imposible que el equilibrio se rompa...
Nuestro propio cielo es sólo nuestro, y en el fondo lo sabes...
Porque tus postales siguen llegando... y tus besos con ellas...
Porque el tiempo pasa y por aquí todo sigue igual, porque los dos sabemos que en el fondo hay algo...
Y ahora que hacemos si tu te has ido a Boston? Y qué hago yo, si no soy aquella chica de las películas americanas? Lo nuestro no pudo ser nunca más perfecto... ni pudo tener un final tan... tan nuestro.
Porque cada vez que vienes, pensando en mí, echándome de menos, me convences... y por aquí dentro nada se mueve...
Y esta tonta no puede evitar quererte como nunca supo querer a nadie...
y sabes que te sigo...

Aunque no pueda confiar en ti, ni pueda gritar...
Ya no tengo prisa... ya no tengo ningún avión que coger...
Espero que seas tan feliz con ella, como yo lo fui contigo...


Son preciosos nuestros besos

miércoles, 12 de agosto de 2009

Para que la luna llena nunca choque contra el suelo,

hemos de encontrarnos siempre a las afueras del pueblo,
Con todos los besos nuestros...
Son preciosos nuestros besos a las afueras del pueblo.
Qué pueden tener de malo, si es lo que mejor hacemos...
Porqué han de ser escondidos los secretos y los sueños...
Son preciosos nuestros besos, pero nadie debe verlos y es lo que mejor hacemos.

Para que la luna llena nunca choque contra el suelo, para que siempre podamos conocidos encontrarnos, alargarnos la sonrisa, sacudirnos la distancia, y poder burlar al tiempo...
Para que la luna llena nunca choque contra el suelo...

Al final de la partida que siempre empiezo ganando,
a las afueras del pueblo tú me sigues amigando,
y te marchas caminando...
Y aunque todo ha terminado, de hecho todo está empezando.

Y en la Procesión del Cristo engañaremos hasta al viento, somos los únicos miembros de una sociedad secreta, son preciosos nuestros besos, son preciosos nuestros besos, son preciosos nuestros besos aunque nadie pueda verlos, son preciosos, nuestros besos.

I. Ferreiro.

Fueron preciosos nuestros besos...

Alone..

lunes, 3 de agosto de 2009

Me siento sola, a pesar de todas las luces que hay encendidas a estas horas, del ruido de motores, que acompaña el suave susurro de las teclas. Me siento sola a pesar de poder oír algunas respiraciones.

Me siento sola, porque estáis muy lejos, porque ya no sé cómo divertirme, como entretenerme, bueno si sé cómo, pero no es muy saludable. La única forma que se me ocurre es pensar en vosotros, en todo lo que hemos vivido, en cada una de nuestras carcajadas, en cada abrazo que nos dimos y en todos los que quedaron en el aire. Me siento sola porque no estáis conmigo.
Y en el vacío de la noche me siento sola, tratando de escuchar el crujido del parqué cada vez que lo cruzaba para espiarte mientras dormías, o asomada a la ventana, mandándote notas encriptadas, que hablaban de barcos y pájaros, pintalabios rojo y no sé en qué momento salió la palabra perdón.
Perdón que pediste demasiado tarde, cuando ya estabas con ella, y en mis sueños te mezclabas con un número ingente de caras, demasiadas, aunque tu voz, sigue hablándome desde no sé muy bien donde, desde tampoco importa mucho dónde.
Tu voz que se confunde de nombre, y la mayoría de las veces tantea a suertes rezando por no equivocarse de inicial, aunque nunca lo consigue, porque no me llama a mí, la llama a ella aunque intente no hacerlo, porque la quiere, porque la ama por encima de mí, y por mucho que me duela, y por mucho que me sienta sola, quizás a miles de kilómetros, en dirección oeste, estés de nuevo, comiendote el mundo con esa sonrisa, y comiéndome a mí con los ojos.
Pero lo más seguro es que siga sintiéndome sola, sola no se sabe muy bien donde, sola no importa mucho dónde.